viernes, 27 de mayo de 2016




En el camino a Pan de Azúcar se alza esta tradicional casona del siglo XIX. Tras el ancho muro de adobe se esconde una construcción que ha logrado resistir los embates del tiempo y que guarda, además, el legado del recuerdo contado por sus propios habitantes: aquellos descendientes que recuperaron esta casa, la que tuvieron que dejar sus padres en los tiempos de la reforma agraria, y que por las vueltas del destino hoy vuelven a ocupar. En estas páginas les mostramos cómo luce actualmente una de las haciendas más antiguas de la zona.


Hacienda Venus
Por la carretera que va camino a Ovalle, entre cultivos y caminos de tierra, se encuentra una de las casas patronales que ha sabido conservarse en los últimos siglos y que, mirada desde lejos, pareciera que la rodea un halo misterioso. Esta vez traspasamos la antigua puerta y los barrotes de hierro de su reja para descubrir, entre árboles centenarios y un cuidado jardín, la Hacienda Venus, que fue bautizada de esta manera porque desde su frontis, al atardecer, es posible ver este brillante planeta. Esta imagen fue suficiente para que Manuel Domingo Illanes Cisternas decidiera nombrar las tierras de los Llanos de Pan de Azúcar. Estas fueron heredadas de su padre Juan Luis Illanes, quien, junto a Gregorio Cordovez, construyeron el canal de Bellavista, en 1824, para regar los suelos fértiles de la zona y transformarlos en aptos para la agricultura.




Los cimientos de la casa empezaron a levantarse en 1860, pero terminó de construirse recién en 1910. Durante esos años, la familia iba creciendo y nuevos cuartos se iban agregando, hasta quedar finalmente con mil trescientos cincuenta metros construidos en un terreno de unas trescientas cincuenta y cuatro hectáreas. "En aquella época se hacía vida de campo, con toda la familia. Además, estaban los trabajadores, y el patrón se preocupaba de todos. Eran pequeños mundos, donde además de las labores, había que atender la parte espiritual y la educación", comenta Cecilia Letelier, descendiente de los Illanes.









En los corredores sostenidos por pilares de pino oregón, era habitual sentir el deambular de los habitantes de la casa. Desde la cocina, los olores salían anunciando la comida casi lista para seis familias. "Antiguamente, los hijos no se iban de la casa, sino que traían a sus señoras, nacían sus hijos y se contrataban a las nanas encargadas de cuidarlos y ayudar en las labores domésticas. Los hombres partían al campo porque en su mayoría eran agricultores. Así fue transcurriendo la vida durante años", agrega Cecilia.








La historia se hace presente en esta casa patronal. Fue visitada por antiguos presidentes y personajes ilustres: Eduardo Frei Montalva y su familia, Gabriel González Videla, Arturo Alessandri Palma y su hijo Jorge Alessandri Rodríguez. En su época de profesora, Gabriela Mistral también pasó por la hacienda dando algunas clases, señalan sus actuales habitantes. Incluso, en cierta época del año, el obispo  hacía misa para todos los habitantes del sector en el patio principal en el frontis de la casa.

Seis generaciones, descendientes de Juan Illanes, han vivido en la Hacienda Venus. Pero hubo un tiempo en que tuvieron que alejarse con la llegada de la reforma agraria. En la década de los ochenta, el lugar fue comprado por Luis Amenábar Carvallo y su señora, Graciela Sotomayor Dumas. Gran parte de la labor de reconstrucción de la casa se debe a ellos, quienes vivieron hasta 1992 junto a sus hijos y nietos. En ese año, Juan Luis Letelier Illanes, de regreso al país, tuvo la oportunidad de recuperar la casa y la compró. Durante estos últimos años se abocó, junto a su familia, a restaurarla y amoblarla con los muebles originales de siglos pasados.














Hacienda El Tangue



La hacienda el Tangue se ubica en la IV región de Coquimbo, cubriendo una superficie de 45.635 hectáreas. El territorio se encuentra en la zona sur de la comuna de Coquimbo hasta la localidad de Puerto aldea, remate de la playa grande de Tongoy, donde coincide con el límite sur de la comuna.
La principal actividad del Tangue corresponde a la ganadería de ovinos, fundamentalmente de raza merino australiana. 
De esta actividad se extrae tanto carne como lana. En el interior de la hacienda hay un pequeño centro administrativo y de operaciones, donde además se emplaza un gran galpón de esquila, bodegas, almacén, capilla y una escuela que cuenta con 9 alumnos y un profesor.
La hacienda, con un total aproximado de 250 habitantes, es actualmente propiedad de la Sociedad Agrícola y Ganadera.









GALPÓN DE ESQUILA

El edificio más monumental e impresionante del tangue, es sin lugar a dudas, su Galpón de Esquila. Fue diseñado por H.C Morgan y construido por el arquitecto Marcelo Bachelet, alrededor del año 1950, tomando como referencia los galpones de la Patagonia.
Este edificio, con planta en "T", DE 870M2, y casi 9 mts de altura, constituye un elemento de arquitectura rural notable. La gran especialidad interior, con cerchas de madera a la vista, arman una trama fantástica bajo el cielo de totora, que se ilumina maravillosamente a través de grande lucarnas.

Es bajo este gran manto de totora que año tras año, llegando octubre, comienza la esquila, se echan a andar las maquinas, y el galpón se llena de ovejas que por turno van entrando para extraerles la lana.














Hacienda El Retiro


Otra de las Haciendas que se encuentran en el sector de Pan de Azúcar y que además puede ser vista desde la carretera es la Hacienda El Retiro de la familia Ripamonti. Esta Hacienda data de finales del siglo XIX y su construcción duró más de diez años. Posee una estructura imponente que sobresale a la vista de cualquiera con una cúpula en su parte superior en la cual esta inserto un mirador. Perteneciente en sus inicios a la familia Ripamonti, se dice que Gabriela Mistral antes de ser premio Nóbel de Literatura, hizo clases en la escuela que el señor Ripamonti creó en sus tierras para educar a los hijos de sus trabajadores y terminó forjando una gran amistad con la familia.